¿Qué es la cinesiterapia?

¿Qué es la cinesiterapia?

Conocida también como kinesioterapia, kinesiterapia o terapia basada en el movimiento, la cinesiterapia es una técnica perteneciente al área de la fisioterapia. Consiste en movimientos de rehabilitación para daños producidos principalmente sobre el aparato locomotor por enfermedades, accidentes o ejercicio físico.

La cinesiterapia permite reducir el dolor, mejorar la fuerza muscular, aumentar el rango de movimiento articular y muscular, mejorar la coordinación y el control neuromuscular, lograr el reaprendizaje motor y mejorar el equilibrio y la postura.

Javier Guerra, al frente de un equipo de osteópatas y fisioterapeutas profesionales, ofrece en su clínica de fisioterapia tratamientos adecuados para atender dolencias deportivas, ortopédicas, tras cirugías o con una patología neurológica asociada.

Efectos fisiológicos de la cinesiterapia

Los efectos fisiológicos que produce la terapia de movimiento pueden repercutir a nivel general o a nivel de los huesos, músculos y articulaciones.

  • A nivel general, el uso de movimientos de cierta intensidad aumenta el trabajo cardíaco, con el consecuente aumento del consumo de oxígeno y de la vascularización e intercambio tisular. Sobre los huesos, puede producir modificación de la arquitectura y remodelación ósea por las presiones que ejerce el movimiento.
  • A nivel del músculo, aumenta su vascularización y la transmisión de la señal nerviosa al producir hipertrofia de las fibras musculares, aumento de la mioglobina y de la densidad y viscosidad del sarcolema. Su efecto sobre las articulaciones se observa por el estiramiento de la cápsula y el ligamento, junto con el aumento de secreción sinovial, todo lo cual repercute sobre el movimiento.

Beneficios de la cinesiterapia

El más conocido es el terapéutico, en el tratamiento de dolencias patológicas o debidas a lesiones y en la corrección de deformidades debidas a actitudes viciosas. Sin embargo, la terapia de movimiento también tiene beneficios preventivos y paliativos. Su función preventiva ayuda a evitar la retracción de los tejidos blandos articulares y la pérdida del esquema corporal y, además, a potenciar y mantener la capacidad extensible y de contracción de algunos tejidos. Como terapia paliativa, ayuda a mantener el arco de movimientos del cuerpo.

Precauciones y contraindicaciones de la cinesiterapia

El movimiento no siempre está recomendado en todas las patologías o, al menos, debe ser realizado con precaución. Un caso en el que se suele contraindicar esta terapia es para la movilización de un segmento del cuerpo durante su proceso de curación. También debe realizarse con precaución en pacientes que sufrieron daños o intervenciones cardíacas y los esfuerzos por el movimiento representen un nuevo riesgo para su vida. Sin embargo, la inmovilidad completa puede traer otras consecuencias secundarias como contracturas, formación de adherencias y estasis circulatoria. En estos casos se recomienda una movilidad temprana y controlada, a una intensidad que no le genere molestias al paciente y siempre bajo estricto control.

¿Qué es la cinesiterapia?

Modalidades de la cinesiterapia

Cinesiterapia pasiva

Consiste en la aplicación de movilidad por una fuerza externa al paciente, sin que este ejerza ningún esfuerzo voluntario, ni para colaborar ni para resistirse. Sin embargo, la pasividad del paciente solo se limita al esfuerzo, porque debe ser consciente del movimiento que se le efectúa. De forma pasiva, se pueden hacer movilizaciones y tracciones articulares, estiramientos miotendinosos, manipulaciones y posturas osteoarticulares.

Se consideran dos formas de cinesiterapia pasiva: relajada y forzada. En la primera, las articulaciones están libres, sin dolor, adherencias, retracciones o contracturas espásticas que le impidan la movilidad. Por su parte, la segunda se utiliza cuando las articulaciones presentan algún tipo de dificultad para su movimiento y puede ser momentánea o mantenida. Las manipulaciones, que son maniobras rápidas y enérgicas, son consideradas como una movilización momentánea. Las poleas, férulas mecánicas, la gravedad o las mismas manos del fisioterapeuta pueden realizar una movilización mantenida al ejercer una acción continua sobre la articulación.

Cuando participa el fisioterapeuta o se hace uso de máquinas y equipos electromecánicos, se habla de movilización pasiva asistida y de movilización pasiva instrumental, respectivamente. Existe una tercera forma de movilización que es llevada a cabo por el propio paciente mediante poleas o de forma manual. En esta última, denominada movilización autopasiva, no existe, sin embargo, movilidad autónoma de la parte afectada, aun cuando sea el propio paciente quien la realice. Finalmente, puede tratarse de una movilización pasiva analítica, cuando está asociada a una sola articulación, o funcional, cuando está involucrado el movimiento de varias articulaciones.

Cinesiterapia activa

A diferencia de la terapia pasiva, la activa incluye ejercicios que son realizados por el paciente de forma voluntaria, representando un esfuerzo que es controlado y dirigido por el fisioterapeuta. Puede considerarse también como movilización analítica o como movilización funcional. Al tratarse de una actividad muscular voluntaria, existe participación del sistema nervioso con la que, a través de impulsos, el paciente puede dirigir conscientemente los movimientos. En este tipo de terapia, la contracción muscular es clave en la ejecución del movimiento.

La cinesiterapia activa busca recuperar, mantener y propiciar la función muscular, que facilite los movimientos articulares y los integre en el esquema corporal del paciente. Con ella se busca recuperar el tono muscular y el máximo recorrido articular y muscular, aumentar la potencia y resistencia muscular, y mejorar la destreza, coordinación y velocidad del movimiento. Existen tres tipos: la asistida, la resistida y la libre.

  • En el primer caso, el paciente no es capaz de realizar ejercicios que provoquen un movimiento en contra de la gravedad. En este caso, la asistencia de una ayuda externa complementará la acción del músculo, sin sustituirla. Puede ser asistida por el propio paciente, por el fisioterapeuta o por aparatos.
  • La terapia libre o gravitacional le permite al paciente realizar los movimientos sin ninguna ayuda, de forma voluntaria, con la única resistencia de la gravedad.
  • Finalmente, la resistida se efectúa en contra de fuerzas externas, diferentes a la gravedad, que ayudan a aumentar la potencia, el volumen y la resistencia muscular, así como la coordinación.

En cualquier caso, siempre que se requiera terapia de movimiento para el tratamiento de alguna dolencia, lo indicado es que sea dirigido por profesionales preparados para orientar al paciente de acuerdo a los ejercicios más adecuados para su recuperación.

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