¿Cómo podemos tratar la tendinitis?

¿Cómo podemos tratar la tendinitis?

La tendinitis es la inflamación del tendón. La principal función del tendón es unir el músculo con el hueso y permitir el movimiento de la estructura musculoesquelética.

El tendón se inflama cuando se le da un uso excesivo, por ejemplo al repetir de forma continua un movimiento. La tendinitis también aparece cuando se hace un mal uso del tendón, realizando movimientos demasiado intensos para los cuales los músculos no están bien preparados.

La tendinitis no se cura sola. Es un problema que debe tratarse cuanto antes para evitar que se agrave, se vuelva crónico, y se alargue el período de recuperación. Se recomienda acudir al fisioterapeuta, que es el profesional que está capacitado para indicar un tratamiento adaptado al tendón afectado y perfil del paciente.

El tratamiento con un fisioterapeuta se enfoca en disminuir la inflamación, aliviar el dolor, y recuperar la capacidad funcional del tendón. El plan incluye el fortalecimiento de los músculos vinculados al tendón, lo que contribuye a evitar recaídas.

Diagnóstico y tratamiento de la tendinitis

El dolor y la inflamación son síntomas característicos de la tendinitis. Es limitante porque el dolor empeora con la actividad y el movimiento de la zona lesionada. Las partes del cuerpo que sufren con más frecuencia la tendinitis son codos, hombros, rodillas, muñecas y manos, tobillos y pies.

Para diagnosticar la tendinitis, el fisioterapeuta busca precisar cómo se produjo la inflamación, y la ubicación y características del dolor. Pregunta al paciente dónde siente el dolor y cuándo comenzó, si apareció de forma repentina o gradual, y con cuáles actividades o movimientos empeora. Se interesa por conocer el tipo de trabajo que realiza el paciente, sus pasatiempos y qué actividad física practica y su intensidad.

tratamiento tendinitis

El fisioterapeuta realiza una evaluación física para observar la capacidad que tiene el tendón para cumplir su función. Mueve la articulación hacia diferentes posiciones para determinar el rango de movimiento y en cuáles posturas aumenta el dolor. Además, evalúa la fuerza muscular del área que sufre la tendinitis.

Si lo considera necesario para confirmar el diagnóstico, el fisioterapeuta podría recomendar hacerse una ecografía o resonancia magnética. Así se descartan otras lesiones o enfermedades que presentan síntomas similares.

Una vez completado el diagnóstico, el especialista diseña un tratamiento personalizado para abordar la tendinitis. Podría aconsejar, junto con la fisioterapia, el reposo temporal de la actividad física, laboral o cotidiana causante de la tendinitis.

Crioterapia, masajes, electroterapia, ultrasonido, ejercicios de manipulación articular y movilización dirigida son técnicas que se usan en el tratamiento de la tendinitis. Su aplicación depende de la evaluación y criterio del fisioterapeuta de acuerdo con cuál sea el tendón y la gravedad de la dolencia. En el plan de tratamiento señala cuándo y por cuánto tiempo tienen que aplicarse estas técnicas.

  • La terapia con frío aplicando esponjas heladas o bolsas de hielo tiene efectos vasodilatadores. Estos ayudan a aumentar la sangre en la zona y con ello contribuyen a activar los mecanismos reparadores del propio cuerpo.
  • Los masajes alivian las contracturas y estimulan el flujo sanguíneo, y las corrientes eléctricas tienen acción analgésica y antiinflamatoria.
  • La aplicación de ultrasonido produce vasodilatación, disminuye la rigidez articular y la contractura muscular, todos estos son efectos que contribuyen a recuperar el tendón.

Para superar la tendinitis es fundamental un programa de ejercicios centrado en recuperar el movimiento y funciones del tendón inflamado, y fortalecer la zona. Los estiramientos, los ejercicios de flexibilidad y fuerza son los indicados para lograrlo. Los estiramientos pasivos, sin contracción muscular, están dirigidos a lograr la relajación del músculo con lo cual se reduce la tensión sobre el tendón.

Luego el paciente comienza a realizar estiramientos y ejercicios dirigidos a contraer el músculo y alargar el tendón.

Los consejos para lograr una reeducación postural también son parte del tratamiento. Sobre todo están indicados en aquellos casos en los que la tendinitis es ocasionada por malas posiciones al realizar una actividad.

Al sentir mejoría en el dolor, se podría retomar la actividad deportiva de manera progresiva y controlando la intensidad, si el fisioterapeuta lo considera según la evolución del paciente. Los ejercicios en piscina, por el bajo nivel de impacto del agua, se recomiendan para comenzar el retorno gradual al entrenamiento.

¿Qué hacer para prevenir la tendinitis?

Siguiendo una serie de recomendaciones se reduce la posibilidad de que aparezcan las condiciones desencadenantes de la tendinitis.

Te recomendamos:

En la vida diaria:

  • Evitar los movimientos repetitivos y por períodos prolongados de las articulaciones.
  • Practicar actividad física para ganar flexibilidad y fortalecer los músculos.
  • Tomar conciencia de las actividades que generan molestias y cambiar hábitos para prevenir que se produzca una tendinitis.
  • Mantener una buena postura y evitar permanecer en posturas incómodas por largo tiempo. Por ejemplo, no permanecer largo tiempo sentado o de pie, y tomar descansos frecuentes de las actividades manuales.
  • Mantener una buena alimentación, moderando el consumo de alimentos que favorecen los procesos inflamatorios, como lácteos, grasas saturadas, azúcares refinados y carnes rojas. Incluir en la dieta frutas, verduras, pescados azules y frutos secos.
  • Hidratarse lo suficiente durante el día.

En la actividad deportiva:

  • Al entrenar cuidar la correcta ejecución de los ejercicios y utilizar un calzado cómodo y apropiado según el tipo de deporte que se practique.
  • Dar al cuerpo el suficiente tiempo de reposo y recuperación entre sesiones de entrenamiento.
  • Calentar apropiadamente antes de la actividad física y hacer estiramientos al concluirla. Un buen calentamiento favorece la elasticidad de los tendones lo que les permite soportar la intensidad del ejercicio.
  • Hidratarse bien durante la práctica deportiva.

Estar atentos a los avisos del cuerpo:

  • Prestar atención a cualquier señal del cuerpo, molestias o dolores que avisen que se está sobrecargando o usando en exceso algún tendón. Estas señales indican que se debe disminuir la intensidad del ejercicio, o que se debe corregir la postura o descansar de los movimientos repetitivos.
  • Acudir al fisioterapeuta apenas se sienta el dolor y la inflamación. De esta manera, se obtiene la atención adecuada a tiempo y se logra una buena recuperación que evita recaídas.
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