Consejos para curar un esguince de tobillo
El esguince de tobillo es una lesión de los ligamentos que se produce cuando el tobillo se dobla, tuerce o gira de forma anormal. Este movimiento puede ser hacia dentro o hacia fuera del pie, y puede generar distensión, desgarro o rotura de los ligamentos.
Es una lesión bastante común porque puede ocurrir mientras se camina, corre o salta, por alguna irregularidad del terreno, una mala pisada o caída. Puede afectar tanto a deportistas como a cualquier persona durante su actividad diaria.
La recuperación de un esguince de tobillo tiene que comenzar tan pronto ocurra para evitar secuelas y recaídas. Es necesario contar con la guía de un fisioterapeuta que indique, de acuerdo con la gravedad del esguince, los pasos a seguir para la curación.
La fisioterapia se centra en la disminución del dolor y de la inflamación. Se trabaja en la recuperación del ligamento y su estabilidad refleja que queda afectada por la lesión. Además, se rehabilitan los músculos afectados por el esguince.
Cómo identificar un esguince
El dolor, la inflamación y la aparición de hematomas son síntomas característicos de un esguince que se manifiestan al poco tiempo de ocurrir la lesión.
Según el daño que sufran los ligamentos, los esguinces se clasifican en:
- Esguince grado I: el dolor y la inflamación son leves porque los ligamentos presentan solo una distensión y micro-roturas. La molestia no impide que se pueda caminar. El tiempo de recuperación es de 1 a 2 semanas.
- Esguince grado II: el dolor es moderado, se produce inflamación y hematoma. Además de la distensión de los ligamentos, hay una rotura parcial. La persona tiene dificultad para caminar debido al dolor que siente al apoyar completamente el pie. La recuperación con fisioterapia puede tomar entre 2 y 5 semanas.
- Esguince grado III: es el más grave porque hay una rotura completa de ligamentos. El dolor es severo y hay imposibilidad de caminar por el dolor y la pérdida de estabilidad de la articulación del tobillo. Los casos más graves requieren inmovilización e intervención quirúrgica, y luego un período de rehabilitación con fisioterapia. El tiempo de recuperación se estima entre 3 a 6 meses.
¿Cómo tratar bien un esguince de tobillo?
Uno de los mayores riesgos de un esguince de tobillo mal tratado es que se convierta en un padecimiento crónico. Implicaría dolor persistente en el tobillo, y una inestabilidad tal en las articulaciones que se producirían esguinces de forma repetida en el mismo pie. El riesgo incluso se ampliaría en el largo plazo para rodillas, caderas y espalda.
De ahí la importancia de darle el tratamiento adecuado desde el primer momento, y rehabilitar y fortalecer la zona con la asesoría de un fisioterapeuta.
Las acciones para curar un esguince de tobillo comienzan en las primeras 72 horas tras haberse producido. Los consejos básicos que hay que seguir en este período son:
- Descansar. Guardar reposo y tratar de no apoyar peso en el tobillo lesionado. Si se practica un deporte, se debe parar la actividad por durante días o semanas dependiendo de la gravedad.
- Aplicar frío, con hielo o compresas, durante las 48 horas posteriores a la lesión. Se aconseja hacerlo cada tres horas por períodos de 15 minutos, y no hacerlo directamente sobre la piel, se debe colocar sobre una venda o tela.
- Compresión sin llegar a inmovilizar el tobillo. Se realiza mediante un vendaje funcional o tobillera, el grado de compresión depende de la gravedad de la lesión. La compresión tiene la función de proteger el ligamento del movimiento que produjo el esguince, y se hace para facilitar la rehabilitación de la zona. Se recomienda mover el tobillo hasta donde el dolor lo permite; si no es posible, mover al menos los dedos. La movilidad previene la atrofia de los músculos y articulaciones.
- Elevación. Para reducir la inflamación se aconseja mantener la pierna en alto cuando se esté sentado o tumbado. La elevación debe ser de 15-30 centímetros desde la altura del corazón.
Transcurrido este período, para la siguiente fase del tratamiento se aconseja:
- Con la asesoría del fisioterapeuta realizar ejercicios de propiocepción. Con estos ejercicios se logra reeducar las estructuras del tobillo, se estabilizan para que consigan responder de forma automática y refleja.
- Masajes, movilizaciones y estiramientos para recuperar los rangos normales de movimiento, y ganar y fortalecer resistencia muscular, flexibilidad y coordinación.
- Practicar en casa de forma constante los ejercicios aprendidos con el fisioterapeuta para fortalecer el tobillo.
Para lograr la curación de un esguince es necesario seguir las indicaciones del fisioterapeuta, ser constante y tener paciencia con los plazos de la rehabilitación. Tener siempre presente que lo que se quiere es minimizar la probabilidad de recaídas y los riesgos de convertir en crónico el esguince de tobillo.
Prevención del esguince de tobillo
Para prevenir un esguince de tobillo o evitar que se repita, se aconseja:
- Utilizar el calzado adecuado en todas las actividades que se realicen. Evitar usar zapatos de tacón alto o que no proporcionen la necesaria estabilidad a los pies.
- Prestar atención a la superficie por donde se camine, corra, haga ejercicio o trabaje, en especial si es irregular o está en mal estado.
- Realizar calentamiento previo a la actividad física o práctica deportiva, y hacer estiramientos al finalizar.
- No practicar deportes ni realizar actividades para los cuales los músculos no están los suficientemente preparados.
- Practicar ejercicios de flexibilidad, equilibrio y estabilidad para los tobillos y piernas, así como ejercicios de fortalecimiento de los músculos de ambas zonas. El trabajo debe realizarse por igual en ambos tobillos para evitar desequilibrios en cuanto a la fortaleza.
- Si se ha sufrido un esguince, evitar deportes que impliquen hacer cambios bruscos de dirección, saltar o correr hasta que se haya recuperado totalmente.
- Interrumpir el ejercicio si se nota cansancio o molestia en alguna parte del cuerpo.
- No tener miedo de sufrir un nuevo esguince de tobillo. Tomar conciencia de la postura y de los cambios en la forma de caminar y correr debido a este temor. La confianza que dan los resultados del tratamiento con un fisioterapeuta ayuda a lograr este objetivo.
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